Por Aldo Parfeniuk
LILIAN LLEGA DE NOCHE A SU PEQUEÑO PUEBLO
No te preocupes demasiado por el pasado
porque hace tiempo
que él
se está encargando de encontrarte
siempre anda por ahí
lo mismo que ese oleaje
de las claras noches sobre esos maizales
en los que sobrevive todavía
el espíritu del mar:
es tan cierto su rumor como el perro
que ladra en tu memoria a sucesos del ayer
aún no resueltos
a lunas sonrientes que salen de los charcos
antes de que puedan arañarle la cara
te gusta llegar a esa hora alta y callada de la noche
en la que tu casa se parece
a un aguantadero de sueños con pedido de captura
no porque le debas algo a alguien
sino porque le debes todo a todos los fantasmas
que a cada paso regresan por su historia
que es la tuya
¿ que cómo andan tus estudios Lilita; que si no tendría
otro vinito bueno para las bicheras del olvido doña Lilian ?
te preguntan rostros y voces de otros días
y de hoy
de este momento en que te daría lo mismo
sentarte a esperar un tren que ya no vuelve nunca
o caminar sobre los durmientes flojos de tu vida
hasta la indulgencia del arroyo
quizás hasta la lomada que te permite divisar
las prometedoras y distantes luces de la ciudad
que no se cansa de ahogarse en sus propios brillos
regresarás tarde
tras el olor presagioso de tormentas
buscando en las esquinas de la noche
el rincón de cielo del oeste
que siempre anuncia las lluvias seguras
entre ladridos lejanos y ramas que quiebra y quiebra el viento
bajo un primer relámpago
empujarás la pesada puerta herrumbrada
del Almacén de Ramos Generales de tu padre
para reencontrarte colgada del mostrador
adivinando con los dedos
y en los números del almanaque grande del espejo
cuánto falta todavía para la Noche de Reyes de 1953
después lloverá
lloverá lento y largo sobre los campos
lloverá lento y largo sobre tu memoria
y te dirás
pensar que todo esto siempre estuvo aquí
y era yo la que todavía no estaba
y te entregarás al sueño
y te dormirás sin saber
quien golpeará a la puerta de tu nuevo día:
si la Justicia
la Poesía
o este antiguo vicio de irte
apenas sale el sol
sólo porque te gusta tanto y te gustará
para siempre
llegar tarde de noche a tu pequeño pueblo
cuando ya todo duerme
cuando todo despierta.
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