COMO ESTIGMA APARECÍA EN LOS SUEÑOS
Carneada.
Fue rubia en el cielo.
Las avispas comían en sus pechos
y los ángeles borrachos
iban a los bares de los arededores
sobre los túmulos debajo de los algarrobos
en la época en que florecían las tuscas.
La llevaban a pasear
a esos pequeños milagros que suceden
en nuestro propio corazón.
Y ahí todo se quemaba
como pedacitos de paja.
Y solo el humo que de alguna manera
aparecía
por lo menos a mí
me hacía soñar.
x
x
CALA X
De la palabra Poesía cayó la trapecista. Fue la luz que
sorprendió a la tribu ella fingió su casamiento
aparecía como si fuera una laguna que se esparce
extendiendo esas humildes joyas de la desnudez que
desprenden sonidos siembras extrañas por
ejemplo mínimas melodías del crepúsculo trenos
palpos del viento que solamente uno los percibe por
adivinación ese ansioso veneno (dicen los preceptores)
que nos sigue por ser ágoras. Quizá se trata de la
noche pedazos de la noche que nos alumbran sin sus
resplandores esas fiebres que guarda la memoria…
x
Cayó la tarde la mañana como otra cara que
viene del azogue. Esa mujer bajando por las escaleras
inmolando visiones con esa telaraña en el escote
con esa guía fugitiva que se resbala en el vacío que
va desde las flores a las sombras desbarrancándose
gota a gota dentro del búcaro el cielo rojo entre
la tela y la entretela de los sueños algo que nos
murmura y algo que nos alumbra abrazándome
como si fuera una mortaja que se aleja y se separa. Agua
en el fondo. Dos aguas que se mezclan cuando miro.
x
Doble Cielo (Editorial Argonauta, 2010) fue presentado el 7 de abril, en Casa de la lectura, Ciudad de Buenos Aires.