Agradecemos a Gerardo Burton por obra junta (Municipalidad de Neuquén, 2007)
XII
te escribo mientras escucho la lluvia
tan deseada por los árboles y mi piel;
te escribo porque la magia del agua,
con sus canciones
…………..con sus murmullos
parece anunciar tu llegada
si supieras tan sólo
qué grande se hace la sombra
qué gigante es el silencio
hasta que aparecés
…………….si pudiera ahora
…………….tocar mi frente, decir mi nombre
…………….y venir desde las entrañas del agua
si solamente estuvieras aquí
un instante
no necesitaría estas palabras
dibujadas en el aire
…………….y comprimirlas
y amasarlas
para decirle cómo el amor
enciende nubes, horizontes
(poemas iniciales, ediciones botella al mar, 1979)
4
a las tres y veinte de la tarde
del día miércoles
sólo deseo que desaparezcan los rastros del trabajo,
huir de la oficina y buscarte por la ciudad
hasta encontrarte donde estés
y proponerte, silenciosa pero firmemente
abandonar la fiebre y el vértigo que sellan cada día
y, eligiendo un rincón profundamente nuestro,
dedicarnos,
como si hubiera cosa más importante,
a hacer el amor
(dieciocho poemas azules para maría, ediciones de la unidad, 1981)
XIII
a ojos cerrados
te oigo llegar a la pieza,
tosés, murmurás,
la ropa cruje y susurra al despegarse de tu piel
………..-tu deseada piel, lejana y tan al lado-
entrás a la cama y desde tu tibieza,
…………..ese olor a mujer que tanto conozco,
el rito comienza
apagás la luz y girás como para mirarme
y tus manos se mueven para que las busque
y tu respiración se va haciendo sólida
hasta confundirse con el bramido de la lluvia
tras la ventana
(los juegos ocultos -1982-1983-)
casi al alba
la noche es una soledad entre helechos en la costa
una sombra que acaricia
……………sin nieblas ni canciones
las viejas deudas negadas al rescate
mientras duerme sueños celestes la oscuridad
……………un pájaro atraviesa el aire suspendido
huye la noche, huyen las almas de los peces y las olas
……………en el río desaforado
desmoronan la ribera que los amantes nunca
alcanzarán
(infierno sin umbral, último reino, 1989)
“Burton, el poeta que nombra el amor, ese amor que cabe entre los ojos entrecerrados del goce o entre dioses furtivos. Pero, por otro lado, Burton, el poeta que revela el mundo y su demencia”, escribe Alejandro Finzi sobre el autor de obra junta en “epílogo para el libro de un poeta, amigo de brancusi”. Nacido en Buenos Aires en 1951, reside en la provincia de Neuquén desde 1986. Es periodista y editor de libros.