Poemas de Leopoldo Castilla.
BOSQUE QUEMADO
Insepulta en el lago
se llevan las islas
sus países perdidos.
Ya no hay dónde. Sólo un plano dorado
y los troncos que dejó el incendio,
los troncos negros en el agua
igual que los zapatos que se les caen
a los ahorcados.
Una última gota
golpea
el cuero de las grandes hojas
y les gime dentro
un animal tristísimo.
Las ovejas estéticas
en su ajedrez olvidado,
van a desaparecer
en blancor
igual que la piedra en su imán cansado.
Desde la hondura de una casa de madera
un chileno leñoso
mira resplandecer esos cuajos de muerte.
Y es ahora sí, clarito, ve:
no es la hoguera
es la belleza del fuego la que destruye.
……………………………………..Y permanece.
VISTA AÉREA
Aquí estuvo una vez el mundo.
En estos círculos
de agua quemada
fundió su calavera,
en la grafía de estos ribazos
drenó las tinieblas del viaje,
dejó irse a la muerte.
El mar retrocede
ante el territorio desollado
donde late el sortilegio
de los lagos seniles.
Abandonó sus huellas
en la suave brutalidad del páramo:
tatuadas
la implosión de un volcán
la furia de los metales.
Y un silencio a desaparición
………………..que no se acaba.
EL FUEGO
…………………………………….A Juan Carlos Moisés
Por los pajonales
anda suelto el fuego.
Malmatando. Hambriento.
No se sabe la laya de ese animal.
No se le conoce hembra. Y tiene crías.
No se le conoce el pasado. Sí el rencor.
Dice que todo es de él o que él lo es todo.
Se cree un dios porque ilumina muriendo.
Por eso arrasa montes, casas, las cosechas.
Y el bicherío.
No hay modo de atraparlo. Cuando lo cercan
ya se ha hecho humo.
Ya va caer. Lo estamos esperando.
Con todo el odio.
……………… ..ardiendo.