“En Perú, (Girondo) conoce a César Vallejo, pero sin que lleguen a verse las caras: ‘Pensaba desembarcar en El Callao y le había avisado a Vallejo que me estaba esperando en el muelle; pero mi barco no pudo arrimarse porque se había desencadenado una tormenta tremenda. Vallejo, enterado de esto, se arrimó a una lancha y yo no lo veía porque estaba muy oscuro, pero oía que me gritaba, ‘Girondo, Girondo’ y yo le gritaba ‘Vallejo, Vallejo’, pero no pasamos de ahí’”.
.
Francisco Urondo, En la másvida, Veinte años de poesía argentina y otros ensayos, Mansalva, 2009.
Categorías:Fotografía, Homenajes