Sepia de una postal
Para Tavo Kupinski, en memoria.
Esta pobreza es la merienda de los concentrados.
¿Ves los abrigos, las filas en busca de un plato de comida?
El renovado milagro de la lluvia
abre nuestras soledades a algo más grande.
Tu invierno llegó primero. Y allí quedó tu corazón.
El temporal agitó mi abrigo
cuando miré más allá de los alambres.
Y no supe decir mi nombre en los interrogatorios.
No es que no quise. No supe.
Aquí, en los campos de la abolición,
dejé la guitarra sobre el pié.
Y busqué fotos viejas.
Y todos tenían esa calma extraña de los teatros en silencio.
Vos dijiste “hablemos de chicas”.
Y las vimos bailar desnudas en la fila de los condenados.
Y nos prometimos vivir sólo por eso.
Son tan lindas. No me falles.
Yo callaría por escribirte. Mirá, yo elegiría la vida.
Mientras la vida aún me elija.
Aún si esta lluvia continuara. O si se diera a tu silencio.
.Tu retorno
Aquí los muebles, las postales mudas del amor,
donde la noche desanda tu camino.
Vuelve aún el mundo, como un espía,
a la casa de tus mañanas olvidadas.
Yo allí. Tan salvo. Y tan otro.
.
Odres
Algo falló a la salida del Cafarnáum.
Preguntaste si aún llevaba los dones conmigo.
«No lo sé. Tengo el barro, los odres y las tinajas».
Dijiste que sólo el vacío de los cuencos era real.
Me pediste un abrazo.
No porque todo se desmoronara.
Si no a pesar de eso.
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Javier Galarza nació en Buenos Aires, en 1968. Dirigió la revista Vestite y Andate. Publicó los libros Pequeña guía para sobrevivir en las ciudades (2001); El silencio continente (2008); Reversión (2010); Refracción (2012); Textos textualizados (2014). Los poemas de esta página son de Lo atenuado (2014). Según Natalia Litvinova, la obra de Galarza es “voyeur, busca un velo, la niebla, perderse en las calles. Pero también es un animal inteligente que no sólo se pierde, sino que, además, guía…”.