Apuntes sobre la edición artesanal
Solía ubicarme debajo de un puente de La Boca, exactamente donde una transparencia dejaba ver la sombra veloz de los automóviles circulando por esa estructura de hierro y cemento. Una vez fui acompañado y dije que deseaba calcar el movimiento. Imaginé una ciudad compuesta por papel transparente. Pienso que la debería haber promocionado como las dos ratas de laboratorio Pinky y Cerebro: “Remeras gratis” para que todas y todos decidieran vivir en mi gran urbe. A ese proyecto también le faltó plasticola y cartón. Hasta ahora la única forma que tuve de calcar el movimiento fue crear una pequeña editorial artesanal. No es como estar debajo de un puente de La Boca, aunque sí es estar en la boca de un puente que me lleva a un estado de permanente felicidad, con los errores que no son errores, sino inscripciones que hacen a los libros únicos y bellos, luciérnagas conspirando contra los anzuelos de la industria.
Soñé el mar, soñé la invisibilidad de las cosas. En el medio, un puente une esas dos dimensiones: la edición artesanal.
Categorías:Alejo González Prandi, Editorial artesanal